Carri, premiada en el BAFICI y Barbie...

"Los rubios": mucho más que un documental familiar sobre desaparecidos

24-X-03

Tiene bastante de documental, también de ficción y algo de animación. ¿Qué es entonces el film "Los rubios", de Albertina Carri, que acaba de estrenarse este jueves en la Argentina? Se podría decir que "Los Rubios" es la documentación del proceso de búsqueda de una joven realizadora que quiere filmar y entender quiénes fueron sus padres, Roberto Carri y Ana María Caruso, ambos desaparecidos durante la dictadura militar argentina. Para ello Carri elige un camino poco convencional, mezclando diferentes géneros para dar como resultado una obra personal e innovadora.

"En 1999 comencé una investigación sobre la ficción de la memoria -hechos objetivos enfrentados a fantasías, relatos fragmentados enfrentados a la imposibilidad de recordar ciertos elementos y la imposibilidad de olvidar algunos detalles librada al azar-. En ese túnel me sumergí en aquel momento y esa búsqueda errática, ambiciosa y desesperada se convirtió en la primera media hora de "Los Rubios"", dice Carri acerca de la concepción de su segundo largometraje, producido por Barry Ellsworth, co-fundador de Apparatus Productions junto a Christine Vachon, Todd Haynes y James Schamus.

Tras una presentación donde Carri regresa a la casa donde vivió con sus padres, desaparecidos cuando ella tenía cuatro años, y habla con los vecinos que le otorgan datos inexactos sobre aquel episodio y sobre su familia, aparece una actriz, Analía Couceyro, presentándose y tomando el rol de Albertina Carri. A partir de allí, se sucederán la ficcionalización del documental, con las propias vivencias de la directora, más escenas jugadas con playmóviles. Carri explica: ""Los Rubios" es un juego de espejos, tiene tramas, subtramas e historias paralelas, de rechazos y encuentros, algunas de ellas incluidas en la película y otras, parte de una leyenda que se construye a su alrededor. Estos espejos de realidad -ficción- documental, son los que la película plantea como el mundo de la memoria".

Conforme avanza el film y la protagonista -Carri- sigue desentrañando su pasado para descubrir su identidad, reconoce que poseer una familia no es sólo una cuestión biológica. "Cuando la actriz comienza a representarme y aparece una señora del último barrio en que viví con mis padres, describiendo a toda mi familia como 'Rubios', yo encuentro la película. Y en medio de esa pesquisa desenfrenada hacia una forma fílmica, descubro una nueva familia que somos los que hacemos la película. El equipo de filmación se convierte en uno de los protagonistas de lo documental y unos playmóbiles hacen su parte en la ficción, balanceando el relato entre presente y pasado que ya para ese entonces son inseparables".

Carri nació en 1973 y debutó en el largometraje con "No quiero volver a casa" en el 2000; tras ello realizó diversos cortometrajes donde exploró diferentes técnicas de animación como con "Barbie también puede eStar triste", una visión erótica de la popular muñeca. El estreno de "Los Rubios" (previamente premiada en el Festival de Buenos Aires y participante en Toronto) la encuentra en la pre-producción de su próxima película, "Géminis", que cuenta con un subsidio del gobierno de Francia y la producción de Ellsworth y Pablo Trapero. Este film será protagonizado por Dolores Fonzi y tocará el tema del incesto.
© Cynthia García (Argentina)-NOTICINE.com
Rebecca Jones, Eduardo Palomo y Regina Blandón

El Santísima Trinidad y la crisis del cine mexicano

24-X-03

El estreno del film de José Luis García Agraz "El misterio del Trinidad", basado en un guión de Carlos Cuarón, ha vuelto a plantear el disgusto de los profesionales del cine con la política cultural del Gobierno Fox. En la presentación de la cinta, Cuarón lamentó la situación cultural que atraviesa el país, aunque reconoció que no es culpa del actual presidente. "Fox y Sari (Bermúdez, presidenta de CONACULTA) llegaron cuando el país ya estaba en el hoyo, la culpa de que el país esté en el hoyo es del PRI. Entonces llegan un par de tipos con buenas intenciones y no pueden sacar al país del hoyo, y menos si son ignorantes, digo con todo respeto, los dos son ignorantes, por eso es que esté la cultura así. Nunca en la historia de este país la cultura había estado en peores manos ni en situación tan crítica, nunca".

El guionista de "Y tu mamá también" también se refirió al tema de la repartición del peso en taquilla: "En un acto de justicia poética, se debería invertir ese porcentaje para los productores nacionales. Lo que queremos los que hacemos cine en México es que es que esa repartición en taquilla justa sea para el cine mexicano", dijo Cuarón, y agregó que el actual sistema promueve que los estudios estadounidenses vengan a producir películas acá, pero con la desventaja de perder las películas de sello personal.

"El Misterio del Trinidad" fue filmada en ciudad de México, Puerto Rico y Veracruz, se estrena este 24 de octubre con 45 copias, compitiendo con otra película mexicana, "La tregua" de Alfonso Rosas Priego (basada en la obra literaria de Mario Benedetti), también filmada en Veracruz. La de Agraz tardó tiempo en estrenarse buscando una fecha adecuada para hacerlo, y lo hace aprovechando la buena aceptación que ha tenido "Nicotina", así como la elección de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar a México en los Premios Goya. Es protagonizada por Eduardo Palomo, Rebecca Jones, Regina Blandón, bajo la dirección de García Agraz, cineasta conocido por películas como "Nocaut" (1982), "Desiertos mares" (1992) y "Salón México" (1994).

La premisa de la película parte de la muerte de un ingeniero de 74 años, quien fallece durante la búsqueda del "Santísima Trinidad", el galeón español hundido en el siglo XVII. En su testamento deja en herencia El Meridiano, su barco, a Juan, un hijo que tuvo fuera de su matrimonio, Esto desencadena la ira del resto de sus hijos, que intentarán a toda costa hacerse con la herencia que aseguran les corresponde únicamente a ellos por derecho. Juan (Eduardo Palomo), médico de urgencias, parte a Veracruz con su hija Ana (Regina Blandón), para recibir la herencia. El encuentro con su medio hermana Isabel Aguirre (Rebecca Jones), la batalla legal por el barco y la búsqueda del "Santísima Trinidad" ayudarán a Juan a conseguir la reconciliación personal y el amor de su hija.

García Agraz ha defendido la música de la película, porque a algunos no les ha gustado. Fue compuesta por Nacho Mastretta, compositor también de "El sueño del caimán", de Beto Gómez, y "La hija del caníbal", de Toño Serrano. "Es una decisión que yo tomé, con el tema de la película, con la historia y con el tipo de música que yo quería; yo sé que hay gente a la que no le gusta, pero también otra a la que sí", dijo Agraz, quien recalcó que en España Mastretta también tiene seguidores y detractores.
© Víctor Uribe (México)-NOTICINE.com
Cartel de Requiem for Gringo

Breves argentinas: Finalizó el rodaje de "Luna de Avellaneda" y comienza el de "La mirada clara", cine inusual en Buenos Aires, "Historias breves IV" en marcha

23-X-03

- "Luna de Avellaneda", la nueva producción de Juan José Campanella, dio por finalizado su rodaje el viernes pasado, tras una escena ambientada en un carnaval con numerosos extras. Esta película del director de "El hijo de la novia", también protagonizada por Ricardo Darín, acompañado en el elenco por Eduardo Blanco, Valeria Bertucelli, Mercedes Morán y el español José Luis López Vázquez. Cuenta la historia de Román Maldonado (Ricardo Darín), quien ha trabajado siempre en un club social y deportivo radicado en el barrio de Avellaneda, al otro lado del río. Este centro de reunión de la comunidad, fundado por un español, vivió su mayor esplendor a finales de los 50, pero ahora languidece entre grietas y mohos. No hay dinero para hacer actividades ni reparar nada. La crisis del Club Luna Llena de Avellaneda es la de la clase media porteña. Esta coproducción con España, escrita por Fernando Castets y Campanella, será estrenada en la Argentina el 13 de mayo del próximo año.

- Mientras, se inició el rodaje de "La mirada clara", tercer largometraje de Pablo Torre, en donde el director contará su propia historia familiar, ya que evoca en tono de ficción las figuras de Leopoldo Torres Ríos y Leopoldo Torre Nilsson (su abuelo y padre, respectivamente). Basada en su propia novela, La ensoñación del biógrafo, la película explora el mundo literario y hermético de los últimos tiempos de vida de Leopoldo Torre Nilsson, el mundo fantasmal y excéntrico de una diva de los años treinta, y los antiguos sets de filmación; razones por las cuales se realizará una minuciosa reconstrucción de época. Gabriel Feldman, de larga trayectoria teatral, encarnará al joven Torres Ríos y Pompeyo Audivert será la imagen de Torre Nilsson. Otras figuras de la extensa filmografía de Torre Nilsson interpretan a los diversos personajes del film. Una vieja casona de Bernal, que fuera escenario de una de las películas de Torre Nilsson -"Los Siete Locos"- marcó el puntapié inicial de la filmación, que luego proseguirá por el Museo del Cine, los antiguos estudios Lumiton y escenarios naturales del barrio de Barracas del que fuera oriundo Torres Ríos.

- Hasta el 20 de noviembre se desarrollará en el Centro Cultural Borges el Festival de Cine Inusual, que consiste en diferentes segmentos dedicados al cine fantástico, la acción, el terror y el spaghetti wéstern. Precisamente este último género, también llamado reformulación del oeste americano, será el centro de atención entre el 23 de octubre y el 4 de noviembre, donde se pondrá el acento en films de difícil exhibición en nuestro país como "Today We Kill, Tomorrow We Die", de Tonino Cervi, y "Requiem for Gringo", el cual cuenta con una temprana aparición de la española Marisa Paredes. El festival continúa con el extraño mosaico de estilos que nutrió los 70, caracterizados por las blaxploitations y el más desquiciado kung fú proveniente de Hong Kong y Taiwán. La Semana de acción marcial -del 5 al 13 de noviembre- intenta recuperar material inédito y curiosidades como "Kill The Golden Goose", con el legendario Ed Parker, ideólogo del estilo Kenpo-Karate y descubridor en Estados Unidos de Bruce Lee, y Bong Soo Han, identificado con el Hapkido hasta el punto de convertirse en asesor e intérprete del film "Billy Jack". A todo esto, habrá dos perlas: "Challenge Of The Tiger", extraño cóctel que presenta en su casting actoral a la estrella "nude" Nadiuska, y "Ninja War", cuyo protagonista, Sonny Chiba, hoy es redescubierto por Quentin Tarantino para su "Kill Bill". Cerrando la muestra se exhibirá la denominada Muestra de Cortos Argentinos Tóxicos, donde los directores del país enseñarán sus trabajos relaciones con los géneros que aquí se exponen.

- Muchos de los hoy consagrados realizadores argentinos -como Adrián Caetano o Daniel Burman- han pasado por "Historias breves", una cinta que reúne varios cortometrajes de nuevos y desconocidos directores que organiza el Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (INCAA). Desde el 13 de este mes se puso en marcha el cuarto capítulo de esta serie, donde participarán diez ganadores del concurso del INCAA, que serán rodados en formato industrial, 35 mm, con técnicos y actores profesionales. Entre los cortos que formarán parte de "Historias breves IV" se encuentran "Epitafio", de Cecilia Ulrich -realizado en La Pampa- y "Colón", película de animación de Martín Mujica. Los rodajes se sucederán hasta el mes de noviembre, y se estima que su estreno tenga lugar en el marco del próximo Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
© Cynthia García (Argentina)-NOTICINE.com
Jorge Perugorría

El agradable olor de un roble, en el último estreno cubano (y II)

23-X-03

La puesta en escena, en "Roble de olor", de Rigoberto López, (el más reciente estreno del cine cubano de ficción) resulta espléndida; no sólo por la época o por la dirección de arte nos recordó "La última cena", aquella maravillosa contribución de Tomás G. Alea a lo que pudiéramos llamar "la Historia ficcionada" y sus lecturas contemporáneas, sino por la elegancia que se logra en la representación toda, y en la dialéctica interrelación conseguida entre lo escrito y su plasmación escénica.

Tanto ese aspecto referido (la dirección artística, de Derubín Jácome y Nieves Laferté) como otros directamente relacionados con el mismo (el diseño de vestuario de Diana Fernández y Vladimir Cuenca; la fotografía de Livio Delgado; el maquillaje y peluquería de Magalys Pompa y Paco Aguiar...) apuntan a algo más que a conseguir notablemente la tan necesaria ambientación de un "film de época"; mucho más que ello, tienden a la exquisitez y el detalle, conscientes de la importancia que detentan sus respectivos acápites en el todo que significa el sistema fílmico; Livio, por ejemplo, traduce su experiencia y veteranía en el lente mediante una expansiva recreación del paisaje caribeño: sus verdores, sus rejuegos luminosos, su exuberancia cromática, huyen sin embargo, a años-luz de la postal turística, para concentrarse en la importancia que el contexto natural , digamos, juega en la historia; y no por ello olvida la lobreguez y asfixia que trasmiten ciertos espacios urbanos (tabernas, calles, salas de casas aristrocráticas...) para atrapar admirablemente la sombra o la declarada penumbra (1).

Así, trajes, peinados, muebles, cocina, decorados interiores, hasta maneras de andar y bailar, reproducen con fidelidad los diversos estratos que conviven en la obra: la rancia aristocracia de la época, la casta rectora, la servidumbre, los negros esclavos (o los "negros obreros" de Angerona), la intelectualidad progresista ... todo respira autenticidad y fidelidad según el trabajo esmerado de estos artistas.

Una no menos cuidada edición (Nelson Rodríguez-Lina Baniela) logró imbricar los diferentes pasajes de la historia, y sumarse creadoramente al sutil crescendo con que la misma va alimentando el decursar narrativo. La música es también vital en Roble... que, amén de "oler" tan bien, suena como Dios manda: Sergio Vitier, ese culto y creativo músico nuestro, colaborador habitual de las bandas sonoras del cine cubano, es responsable de esos acordes incidentales que discretamente acompañan determinados pasajes, o de ciertos elementos y células en otros donde vibra y late el Caribe desde sus peculiaridades rítmicas y tímbricas, lo cual complementa perfectamente la selección hecha por el director, que trasmite y fija las coordenadas epocales: Mozart , Häendel y Vivaldi se integran a la perfección a la banda sonora, y no sólo desde esa sublime orquesta de negros que, con sus "conciertos barrocos", hubiera hecho las delicias de Carpentier, sino en determinados momentos (como el final), complementando su fuerza y dramatismo.

Todos estos acápites no son una mera sumatoria de talentos que han hecho lo suyo y por tanto, desde sus frentes, han generado la película; aunque pareciera obvio, no está de más recordar que los mismos responden a una idea rectora, un concepto, y han sido diseñados, concebidos previamente por el director, Rigoberto López.

Por la gran cantidad de actuaciones protagónicas, secundarias, especiales y corales, éste es sin dudas, uno de los rubros decisivos de Roble..., y amén de una encomiable labor de conjunto, quisiera resaltar ante todo la agradable sorpresa que significa el debut de la soprano Raquel Rubí (la prima), como para un premio de "actriz revelación" (amplia gama de recursos histriónicos, pero a la vez, contención y matización), junto a otros no sorprendentes por una aún no muy extensa pero ya consolidada trayectoria (Abel Rodríguez, Edwin Fernández, Idalmis del Risco...) y otro curioso despegue (el joven director teatral Raúl Martín).

En tanto protagónicos, el irregular Jorge Perugorría revela aquí uno de sus notables desempeños: nos recuerda que tiene fibra, "madera" como se dice, y cuando es bien dirigido en papeles de envergadura puede hacer emerger no poco para admirar. Lía Chapman, por su parte, ostenta una elegancia y una prestancia que van con el personaje, mas no siempre logra salir airosa de transiciones y matices; hubiera sido preciso redondear mejor un personaje rico y pletórico de interesantes aristas psicológicas y sociales.

De cualquier modo, aunque ante tantos actores uno siempre tiende a deslindar lo superlativo de lo simplemente funcional o correcto, no es menos cierto que este acápite no demerita el resto de los elementos integrantes del film.

"Roble de olor" es, sin lugar a dudas, madera preciosa del cine cubano (y no sólo del más reciente), entrada triunfal de Rigoberto López en el necesitado camino de la ficción y un título que nos permite llenar los pulmones de aire fresco, saludable, esperanzador, en el azaroso panorama de las nuevas producciones.

(1) NOTA: Me gustaría llamar la atención sobre la diferencia de concepción fotográfica entre el siglo XIX que ha reflejado su gran estudioso en el cine nuestro, Humberto Solás, y el que aquí se aventura; en los frescos anteriores (llámense "Cecilia", "Amada", "El siglo de las luces"...), predomina la casi oscuridad; Solás ha querido reflejar sobre todo el lado tenebroso de costumbres e ideas, y sus fotógrafos, magistralmente lo han entendido y proyectado así; Rigoberto y Livio, por el contrario, acercan tonos pasteles, espacios luminosos, amplios y claros, el blanco es una gama protagónica, pues justamente se trata de una utopía, un espacio excepcional dentro de la tiniebla reinante; debido a ello, a medida que el sueño cede a una umbrosa y terrible realidad, se aprecia un oscurecimiento progresivo de la imagen, lo cual delata así mismo cuidado y rigor dentro de este decisivo rubro tecno-expresivo.
© Frank Padrón- NOTICINE.com / Fotos: Cubacine
Jorge Perugorría y Lía Chapman

El agradable olor de un roble, en el último estreno cubano (I)

22-X-03

El pasado lunes en la noche tuvo lugar en La Habana con motivo del Día de la Cultura Cubana el pre-estreno de una nueva producción nacional, "Roble de olor", con la que debuta en la ficción el hasta ahora documentalista Rigoberto López ("Yo soy... del son a la salsa"). Se trata de melodrama basado en hechos reales sobre un comerciante de origen alemán (Jorge Perugorría) y una mulata haitiana (Lía Chapman), fundadores de una plantación de café en la Cuba del siglo XIX. Su estreno comercial coincidirá con el próximo Festival de La Habana.

Ya hemos lamentado la ausencia, o la pérdida de un "cine serio"; pareciera el cine cubano condenado eternamente a la ligereza de la comedia, o al menos, a la unipolaridad genérica, cuando de siempre ha habido en la producción cubana ost-revolucionaria, ese tipo de obra medular, que trata los conflictos en toda su desgarradora dimensión. Y siempre hay que hacer la aclaración: nada en contra del humor, somos y seremos un pueblo que ríe, y lo que es mejor, que acostumbra a exorcisar sus demonios, a paliar sus problemas y dificultades y hasta a buscarles alguna solución, a través del analgésico de la risa. Pero una cosa es ésta y otra que todo se reduzca a ello, que desaparezca "el otro" cine, o que el representante del mismo sea tan fallido que lo mejor sea continuar la prescindencia.

Y es aquí donde nos estimula y alienta un film como "Roble de olor (2003)", que firma un cineasta que ya había dado muestras de indudable talento sobre todo en el documental (a él pertenecen títulos tan aplaudidos y celebrados por la crítica, conquistadores de lauros en festivales nacionales e internacionales como "El viaje más largo" o "Mensajero de los dioses"), aunque no le era indiferente la ficción, no sólo porque en sus trabajos encontramos no pocos elementos y procedimientos ficticios, sino porque ya incursionó en ella con el original corto "La soledad de la jefa de despacho" (1990), crítica a formas de privilegios manifestadas en estratos de la burocracia, la rendición de principios éticos ante las tentaciones materiales, dados a través del personaje emblemático, un alto funcionario.

¿ Qué es su primera incursión "en grande" dentro de la ficción? El propio Rigoberto nos cuenta: "Primera mitad del siglo XIX, en Cuba, en el Caribe; espacio de inconstancias, de enigmas, sueños y tragedias sin fin. Una mujer negra, hermosa y distinguida procedente de Saint Domingue (Haiti), y un alemán -romántico comerciante recién llegado a la Isla-, protagonizan la historia del infinito amor que hizo fructificar el cafetal más rico de Cuba: Angerona. En un periodo oscuro, en un lugar cercado por la intolerancia y la incomprensión, la confabulación de intereses y el poder absoluto, Ursula Lambert y Cornelio Souchay son algo más que dos culturas encontradas, dos identidades, dos modos de pensar la vida. El amor es una condenada utopía que lucha por la consumación de un destino, el de un gran cafetal: Angerona, su belleza y su fragilidad. Metáfora de nuestro tiempo. La historia de una obsesión y de una esperanza: Vivir en un mundo mejor".

Con un guión escrito junto al dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa ("María Antonia"), López incursiona en la Historia desde su mejor lectura: la que se realiza para cuestionar el presente, incluso fuera de las coordenadas espaciales; su historia (ahora así, en minúsculas) apunta a reflexionar en torno a los problemas sociales, políticos, económicos y en general humanos, que coartan y hacen abortar los más hermosos sueños; el egoísmo, la envidia, la intolerancia, el racismo, el "monopolio del pensamiento", la egolatría, el estancamiento y otros males semejantes, no son entelequias, y es algo que el texto deja bien claro, sino personas, estructuras, hechos concretos, todo apuntando a una maquinaria, conformándola, que puede abortar los más consolidados proyectos, los más hermosos y nobles ideales.

La Angerona del film no es la Utopía de Moro o la Tule de Colón, sino un espacio que demostró como los seres humanos, al margen de sus creencias, el color de su piel o sus ideas políticas, pueden amar(se), crear, trabajar; la diferencia entre una prima celosa y malvada, un juez que considera endemoniados a unos negros músicos y un rico hacendado que alquila matones para interrumpir lo que huela a disidencia, es sólo de métodos; en el fondo, tanto ellos como los suyos sólo pueden odiar, y proyectar esa energía negativa hacia la destrucción y la muerte donde los otros, los creadores y los hombres de bien, han sembrado amor y obra.

Por otra parte, se insiste en el mestizaje como la columna vertebral no sólo de nuestra sincrética isla, sino del Caribe todo: el color de este roble es lo mulato, el tono es la amalgama, el guillenesco "todo mezclado", donde el piano del Romanticismo se une al tambor de la campiña, y donde las fugas barrocas europeas se enriquecen con el barroco americano de las frutas multicolores, las escalas musicales tan complejas como aquellas, y el ritmo de cajón, la clave esencial.

El guión de Espinosa-López ha cuidado tanto la compleja caracterización de personajes, como su imbricación histórica, como la evolución de sus acciones dentro de una narración coherente y fluída; quizá sólo haya que reprocharle cierto aire libresco, sentencioso a los diálogos, sobre todo en la primera parte, defecto que afortunadamente va cediendo a medida que avanza la historia.

Pero debe reconocerse, digamos, el tino de los escritores para rozar peligrosamente el exceso melodramático sin ceder a su tentación: la pasión que informa el argumento es tan fuerte, que sin tal cuidado pudo aterrizar peligrosamente en el folletín, mas son las ideas, los sentimientos legítimos, las motivaciones tanto individuales como de grupos (los varios que se cruzan en la anécdota) los que protagonizan el sujeto y sus implicaciones tanto narrativas como dramáticas.
© Frank Padrón- NOTICINE.com